
31 Mar Ipsimed, comprometido con el sector educativo: Educación socioemocional para la prevención en salud mental
No hay causa que merezca más alta prioridad que la protección y el desarrollo del niño, de quien dependen la supervivencia, la estabilidad y el progreso de todas las naciones y, de hecho, la civilización humana.
Plan de Acción de la Cumbre Mundial de la Infancia de la ONU, 30-09-1990
Un compromiso con la infancia y la sociedad
En este año se cumplen 35 años de esta declaración, en la que se compromete a los Estados a considerar todas sus medidas desde la óptica del interés superior del niño. No solo para proteger sus derechos y bienestar, sino para asegurar una sociedad más justa, sana y equilibrada. Cuidar de la infancia es cuidar de la sociedad futura, es una gran responsabilidad que hemos de afrontar como seres humanos.
Y piénsalo unos segundos ¿Qué hemos conseguido al respecto? ¿Consideras que hemos avanzado o retrocedido en relación a la protección y cuidado del menor? La respuesta es compleja, como sucede con muchas preguntas en esta vida, no se puede responder de forma dicotómica, no hay un claro blanco o negro, o un bien o mal.
Avances en la protección infantil
Uno de los derechos a cumplir en ese plan de acción es el de proteger a los niños de los abusos. En esa dimensión sí parece que hemos avanzado. Se ha tomado consciencia de la importancia de protegerles de la agresión física, antes era la norma, ahora cada vez más ocurre de forma excepcional. También les protegemos del abuso laboral. Se ha regulado legalmente y se vigila el cumplimiento para que un menor de 16 años no pueda trabajar. A su vez, se ha extendido la enseñanza obligatoria, para garantizar una mejor educación en la persona. También se están reconociendo y persiguiendo situaciones que antes estaban ocultas o silenciadas, como el abuso sexual.
Sin embargo, otra dimensión a cuidar en el menor es la protección de la negligencia de los adultos. El problema es que la negligencia surge de la falta de reconocimiento, de la ignorancia. Provoca que se omitan o retrasen las acciones que protegen al menor de un daño, sea presente o futuro. ¿Cómo te sientes ante esto? ¿Crees que estamos reconociendo bien los desafíos o peligros a los que se enfrenta la infancia en la sociedad actual?
Los desafíos de la salud mental en menores
Lamentablemente, desde mi punto de vista, y desde los numerosos datos que se obtienen de diferentes fuentes de información (sanitaria, educativa, sociológica, legal) la respuesta es no. Es una certeza que existe un claro aumento de los problemas de salud mental en la infancia, que existe una creciente demanda en atención psicológica, que ha crecido el consumo de cannabis, drogas sintéticas y psicoestimulantes, que preocupa el aumento de delitos contra la libertad sexual, la violencia intrafamiliar, el acoso escolar y los cometidos en redes sociales, y que aumenta de manera exponencial el número de autolesiones y suicidios en los menores de edad y cada vez se dan a edades más tempranas.
Desgraciadamente, no hay punto neutro. Si no protegemos adecuadamente a esa población tan vulnerable y dependiente del cuidado y amparo de los adultos, es que les estaremos haciendo daño. Seguro que no es consciente o intencionado, queremos lo mejor para nuestros menores. Pero ¿estamos acertando? ¿estaremos obviando situaciones de riesgo que dan lugar a este deterioro tan evidente?
Factores que impactan en el bienestar infantil
Obviamente, algo estamos haciendo mal. Son múltiples las variables que generan este contexto nocivo para la infancia y adolescencia del siglo XXI. Entre los más evidentes tenemos:
- En el ámbito doméstico y educativo: los ambientes familiares disfuncionales, la mayor exigencia académica o extraescolar pretendiendo que todos sean números uno, la no priorización en la detección o atención de su situación emocional, la falta de recursos efectivos para una mayor educación socioemocional, tanto para los centros educativos y sobre todo para las familias.
- En cuanto al desarrollo tecnológico: nuestros menores sufren de excesiva exposición a pantallas, que generan adicción y deterioran la atención y sociabilidad entre otros factores, la accesibilidad a contenidos que modelan en agresividad, conductas sexuales lesivas y narcisismo, las redes sociales, que resultan en potencial arma para el ciberacoso o para el deterioro de la autoestima.
- En cuanto a la situación socioeconómica: es profundamente nocivo el contexto de crisis e incertidumbre social en la que vivimos. Son permanentes las referencias de nuestra clase política y de algunas figuras de influencia social, de algunos artistas o deportistas que modelan en hostilidad, falta de respeto, incomunicación absoluta, ambición económica o afán de poder.
La educación socioemocional como solución
¿Y qué podemos hacer? Algo, lo que sea, por poco que parezca. El primer paso sería reconocer esta realidad y no normalizarla, ser firmes ante ello. Y si desde la posición y grado de influencia que tengamos, por mínimo que sea, promovemos otro tipo de funcionamiento social y de valores humanos, ya será una gran aportación para tratar de reconducir esta preocupante situación.
Ipsimed y su labor en el sector educativo
Desde Ipsimed estamos profundamente comprometidos con esta causa. Vemos y tratamos los efectos nocivos, ya extremos, que esta realidad genera en muchas personas que acuden a nuestras consultas. Por ello, queremos hacer algo para la prevención. Más allá de tratar, queremos formar y fortalecer a los niños y adolescentes, así como a los adultos responsables de su formación, familiar y profesorado, para que cuenten con competencias psíquicas y emocionales que les generen bienestar y un futuro esperanzador.
Ipsimed colabora con diferentes instituciones del sector educativo, entre las que destaca:
- Incorporando las prácticas meditativas al programa de Salud Integral de la Fundación SHE, dirigido por el Dr. Valentín Fuster. Este programa incide en cuatro componentes básicos interrelacionados: la adquisición de hábitos de alimentación saludable, el desarrollo de actividad física, el conocimiento del cuerpo y del corazón y la gestión emocional como factor de protección contra las adicciones.
- Profundizando en la comprensión y manejo de la dimensión corporal para el Programa “En Sus Zapatos”, dirigido a la alfabetización emocional mediante la identificación y gestión emocional, la empatía activa y la resolución positiva y creativa del conflicto.
- Impartiendo formación en el Programa de Educación Ambiental – Escuelas Sostenibles, de la Comunidad de Madrid, que incorpora el bienestar emocional como dimensión esencial a cuidar para un futuro sostenible.
- Ofreciendo con José María Martín MABUNI la actividad “Karate Mindbody Do” para las escuelas dirigido a la promoción de la salud integral: física, emocional, mental y relacional.
Motivación e ilusión no nos falta; convicción tampoco. Creemos firmemente en que apostar por cuidar y proteger a la infancia y adolescencia es un camino hacia la construcción de un futuro mejor.
Manuel Paz
Fundador y Director de Ipsimed Integración Psicomédica
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