Tu cuerpo, ¿una relacion de amor?

Tu cuerpo, ¿una relacion de amor?

Por Gema Benavides Jimenez

Todos tenemos uno, nos guste más o nos guste menos, mejor o peor ajustado a los cánones de belleza de nuestra sociedad de procedencia, pero todos tenemos uno que nos acompañará a lo largo de nuestra vida.  Porque no somos solamente un cuerpo, pero somos cuerpo. Entonces, si es nuestro eterno acompañante, ¿porque está a la orden del día, estar en guerra con él? ¿Con qué frecuencia nos empeñamos en criticarlo, en desvalorizarlo? ¿Cuántas veces te has mirado al espejo y simplemente te has halagado, sin buscar “imperfecciones”? Parece que nunca es suficiente lo que hace por nosotros.

Puede ser que no seas de los que se critica, pero ¿cuántas veces te detienes a lo largo del día para conectar con tu cuerpo? ¿Cuántas veces te agradeces lo que cada parte de él hace para ti día tras día? ¿O es que das por hecho todo lo que este hace por ti? Muchas veces solo nos acordamos de él cuándo nos duele, nos molesta o se ve “feo”, pero ¿y qué pasa con todas las otras veces en las que ha estado ahí para nosotros? Todas aquellas veces en las que hemos podido correr lo suficientemente rápido para alcanzar el metro al trabajo, o nos permite sentir la arena bajo nuestros pies cuando caminamos descalzos en la orilla del mar, o cuando nos ponemos de puntillas y estiramos el brazo para alcanzar ese artículo del supermercado que está en una balda demasiado alta y no alcanzamos.

Quizás si en esta sociedad no viviésemos tan desconectados de nuestro cuerpo, podríamos ser más conscientes de todo lo que él hace por nosotros, reconocer que siempre está ahí, que somos un equipo, que somos uno. Y así, quizás, solo quizás, estaríamos en mayor sintonía con él, permitiéndonos reconocer cuándo nos está pidiendo un descanso, un mimo, en vez de esperar a que nos grite de dolor y/o se enferme para hacerse escuchar entre todo el ruido de esta sociedad tan centrada en lo mental, en un intento desesperado por dividir lo indivisibles, porque cuerpo y mente son uno.

En la sociedad euro-centrista, predomina el pensamiento dualista, impulsado por la biomedicina, el cual separa cuerpo de la mente. Sin embargo, cada vez la idea de que esta división no es real, sino una invención moderna, es cada vez más prevalente. Todo lo que pensamos y hacemos está interrelacionado. A fin de cuentas, nuestro cerebro, donde formamos el pensamiento es parte de nuestro cuerpo. Por tanto, todo lo que pensemos, sintamos y hagamos afecta a todo nuestro ser, tanto a mente como a cuerpo, a pesar de que como he señalado anteriormente, esta división es superflua.

Pero, aprender a conectar, entender y amar nuestro cuerpo por tal y como es, no es una tarea del todo sencilla. Vivimos en un mundo donde nuestros cuerpos están en constante vigilancia, bajo el escrutinio público y privado. Un mundo donde nos enfocamos tanto en compararnos con otros y en temer a no ser suficientes, que olvidamos que el cuidado del cuerpo debe venir desde el amor propio, y no desde la comparación ni el deseo de agradar a los demás. Es por ello por lo que el cuidarse y el preocuparse por el cuerpo desde el amor que se tiene uno a uno mismo es todo un acto de rebeldía hoy en día, donde la cultura de la dieta, con mensajes sobre como lucir “mejor”, y en su constante afán por hacernos sentir que siempre hay algo de nosotros a mejorar, permea los medios de comunicación, las redes sociales y hasta las conversaciones más diáfanas entre amigos. Por ello, tal y como nos invita Sonya Renee Taylor en su libro “Tu cuerpo no es una disculpa: Claves para vivir el autoamor radical” , el acto político y de resistencia más radical que podemos hacer en una sociedad que constantemente nos dice que no somos suficientes, es el de amar incondicionalmente nuestro cuerpo y sentirnos cómodos en nuestra propia piel.

El aprender a valorar y aceptar nuestro cuerpo tal y como es, es dar un paso importante hacia una vida más plena y feliz. También es necesario entender que nuestros cuerpos cambian y fluctúan a lo largo de nuestras vidas, pero no por ello son menos válidos. Aceptar estos cambios y validar nuestro cuerpo en todas sus etapas es fundamental para mantener una relación saludable con nosotros mismos y todo un proceso de aprender a amar y a escucharnos. Dejemos de lado la autocrítica destructiva y comencemos a reconocer a nuestro cuerpo como nuestro compañero más fiel de aventuras, y aprendamos a honrarlo y cuidarlo desde el amor, la gratitud y el respeto que se merece. Toma lo que tienes, acéptalo y aprende trabaja en favor a tu cuerpo y no en contra de él. Una vez que dejas de poner tu energía en intentar cambiar tu cuerpo y comienzas a trabajar con él, te aseguro que los resultados serán mucho más gratificantes que los de cualquier dieta milagro.

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Equipo multidisciplinar dedicado al tratamiento de la salud mental mediante la Medicina Psicosomática, la Psicoterapia y otras actividades complementarias como el Mindfulness y el Teatro

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