La tele sin mi

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La tele sin mi

Hay un miedo a no tener nada que hacer. Si apago la tele, ¿qué hago?

Hace 16 años que no tengo televisor. En el 2001 compré mi apartamento y no quise traerme una tele. Ya anteriormente, viviendo con mis padres, tras una tarde entera frente a la pantalla, la consciencia de que mi vida pasaba sin vivirla hacía que la pregunta de ‘¿qué he hecho hoy?’ asaltase mi mente. Me había pasado horas y horas viendo programas vacíos, que nada me aportaban, que ni me entretenían, ni me interesaban, ni me enriquecían.

Reconozco que están bien hechos esos programas. Todavía hoy cuando voy de visita a casa de mis padres o de cualquier amigo o familiar y la tele está encendida me atrapa, me quedo embobado, con la mente en blanco, desatendiendo lo que me pasa a mí o  a los de a mi alrededor. Me supone realizar un auténtico esfuerzo de desintoxicación no engancharme a ella. Hay un miedo a no tener nada que hacer. Si apago la tele, ¿qué hago? La respuesta es más simple de lo que parece: disfrutar de mi mismo, estar conmigo, escucharme, observarme. Es la respuesta que del  Mindfulness y, aunque no es fácil, resulta muy satisfactoria, mucho más que dejarme absorber por una programación vacua.

Os dejo una frase de Ann Landers, que es el seudónimo de una columnista estadounidense que se mantuvo en activo durante más de 50 años en la segunda mitad del siglo XX y que vivió la explosión de lo televisivo:

“El fenómeno de la televisión demuestra que la gente está dispuesta a ver cualquier cosa con tal de no verse a sí misma”.

Creo que no es sólo una cuestión relativa a la televisión, ella no es el problema, todo vale como excusa para no encontrarse con uno mismo. No quiero poner ejemplos concretos, cada uno tendrá su particular distracción de sí mismo, o tendrá varias, da igual cuales, lo que me importa es remarcar esa desconexión, esa huída, esa evitación, ese no querer verse.

Probad un día a afrontar ese miedo a no hacer nada, dejad de lado la televisión, no la encendáis, o cualquier otra cosa que os impida veros a vosotros mismos.

Permitíos un momento para sentiros, para observaros, para escuchar cómo estáis, afrontando lo que encontréis, aceptando vuestra realidad con ecuanimidad, sabiendo que sólo así podréis empezar a vivir lo que vida os sugiera, disfrutándolo, sin resistencia, dejándoos sorprender.

Os pongo una cita más, esta de Cameron Díaz, en una entrevista del 2011 en 20 Minutos. Ante la cuestión del periodista: ‘¿Ser actriz es lo que esperaba?’, su respuesta fue:

“Mi vida es muy simple, y mi teoría vital también: no esperes nunca nada. Ni de los demás ni de ti misma: así nada va decepcionarte, cualquier cosa que te pase te alucinará y estarás siempre agradecida. Estoy feliz, y la verdad es que no, no es lo que me esperaba: es mejor”.

Apaga la tele, dedícate un tiempo, y deja que la vida te sorprenda, no será lo que esperabas, ya verás, será mejor.

Francisco Rodríguez

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Francisco Rodríguez
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