17 Ene Asistimos a la charla ‘Inteligencia emocional para familias’
¿Qué es para vosotros la Inteligencia Emocional?
Acudimos a nuestra cita con Pilar Gil, psicóloga infantil y de familia, experta en TDAH, con la charla que impartió recientemente en Ipsimed, comenzando con la pregunta que nos lanzó a todos los presentes: ¿Qué es para vosotros la inteligencia emocional?
Quizá es un término recientemente popularizado, que usamos sin mucha conciencia, que supuso una revolución en el mundo de la psicología cuando Daniel Goleman publicó el libro con ese mismo título. La Inteligencia emocional engloba varios aspectos:
- Reconocer las propias emociones y ser capaz de regularlas.
- Saber captar las emociones de los otros y tenerlas en cuenta para negociar entre sus necesidades y las propias.
- Manejar el estrés y afrontar de manera positiva la adversidad.
- Tener ciertas habilidades sociales para relacionarme con los demás.
Si incluso para nosotros todo esto resulta harto complicado, pretender que nuestros hijos sepan hacerlo desde que nacen, es un imposible.
Todos los que somos padres, compartimos nuestras inseguridades a la hora de educar a nuestros hijos: ¿debemos o no castigarles? y ¿cómo hacerlo?
Son preguntas complicadas que dependen mucho de la edad del niño, pero fundamentalmente, lo que Pilar Gil propone es aplicar un castigo inmediato, fácil de cumplir. Amenazar con “te quedas sin Reyes” en un momento de enfado no es realista. También es importante evitar que el perjuicio sea compartido: “no sales en todo el fin de semana”, significa que nosotros tampoco vamos a poder salir en todo el fin de semana; ¿estamos dispuestos a castigarnos a nosotros mismos?
También es importante no aplicar el castigo en caliente, inmediatamente después y arrastrados por el enfado, sino cuando ya nos hayamos calmado y el niño también está más receptivo y dispuesto a escuchar.
¿Creéis que vuestros hijos tienen habilidades sociales?
Pilar Gil también nos habló de otro término relevante que forma parte de la inteligencia emocional: las habilidades sociales. Nos lanzó otra pregunta: ¿Creéis que vuestros hijos tienen habilidades sociales?
Tal vez no es fácil saber esto si no hemos observado a nuestros hijos relacionándose con otras personas, ya que con nosotros pueden relacionarse perfectamente, pero con amigos o compañeros en el colegio podrían tener dificultades.
¿Cómo pueden nuestros hijos aprender a tener Inteligencia emocional y Habilidades sociales?
No hay demasiadas oportunidades para su correcto aprendizaje. Esperar a cuando aparece un problema quizás sea demasiado tarde y será más complicado saber cómo manejarlo.
Lo mejor es no dar por hecho que ellos y nosotros lo tenemos ya sabido. Es aconsejable tratar de prevenir el problema a través de la comunicación en la familia y de compartir este tema con ellos.
Por supuesto que acudir a charlas como esta, nos ayuda a reflexionar sobre como somos nosotros y nuestros hijos, y a compartir ciertas dudas.
También es bueno escuchar a otras personas que aportan sus dificultades, con las que podemos sentirnos identificados, o reforzados al ver que en eso nosotros no tenemos ningún problema.
También podemos recurrir a libros o películas adecuados para niños y adolescentes, en los que de forma indirecta se habla de las emociones, o se tocan temas importantes. Darles una charla pesada y aburrida no va a funcionar, ya que van a sentir rechazo y no van a estar receptivos.
Una herramienta muy valiosa son los talleres de inteligencia emocional para niños y jóvenes: en este tipo de talleres, los participantes aprenden qué significa el término Inteligencia Emocional y lo ponen en práctica con otros chicos de su edad, mediante dinámicas y ejercicios específicos para ello.
Pero por supuesto, la mejor manera de enseñar a nuestros hijos a tener inteligencia emocional, es prodigando con el ejemplo, siendo nosotros el espejo en el que mirarse y mostrándoles de primera mano a escuchar, hablar con amabilidad, dar las gracias, dar y pedir ayuda, reconocer los propios sentimientos, manejar el enfado, relajarse, reconocer los errores, saber decir que no y aceptar un “no” por respuesta, elegir el momento para contar algo…
Cuando nuestros hijos no saben hacer ninguna de estas cosas, es el momento para plantearos si tal vez nosotros tampoco lo estamos haciendo bien, aunque la teoría sí que nos la sepamos. Al fin y al cabo, somos su modelo a seguir y sus máximos educadores. No miremos hacia otro lado ni dejemos que sean otros los que les enseñen todo esto. Somos sus referentes más cercanos, y sobre todo, las personas más importantes y queridas para ellos.
Isabel Pintor
Psicóloga Psicoterapeuta en Ipsimed, Integración Psicomédica.
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