Para personas que presenten síntomas físicos (dolor de cabeza, de espalda, ardor de estómago, alteración del ritmo intestinal, tensión muscular, mareos, dificultad para respirar, alteraciones cutáneas) o psíquicos (sensación de apatía, falta de energía, dificultad para dormir); para los que no se encuentra una causa orgánica y que en muchas ocasiones son el resultado de una tensión psíquica o conflicto emocional (somatización).
Para aquellas personas que sufren de una enfermedad médica crónica en la que su estado psicológico está influyendo negativamente en la misma o necesitan mejorar su manera de relacionarse con su enfermedad.
Para personas con permanente y desproporcionada preocupación por su estado de salud (hipocondriasis).
Para la adquisición de hábitos saludables (alimentación, ejercicio físico, sueño, ocio saludable…) y la promoción del autocuidado.
Para la prevención y manejo de enfermedades en cuyo origen y desarrollo tienen participación los factores psicosociales, como por ejemplo la enfermedad cardiovascular, las enfermedades del sistema inmune, las del aparato digestivo, respiratorio, las alteraciones cutáneas y las enfermedades osteomusculares.
En esta primera entrevista conocemos a la persona y el motivo por el que consulta, evaluando su estado de salud en la dimensión física, mental, emocional y social.
Al finalizar esta entrevista se informará sobre la impresión diagnóstica, facilitando una propuesta de tratamiento, permitiendo un espacio para la aclaración de dudas.
En esta primera entrevista conocemos a la persona y el motivo por el que consulta, evaluando su estado de salud en la dimensión física, mental, emocional y social.
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