Una reflexión sobre el antes y el después: el camino

Una reflexión sobre el antes y el después: el camino

¿Cómo me siento en este momento?

El artista Aitor Saraiba está creando estos días de confinamiento esculturas que son crisálidas de lana, tintes naturales e hilo de algodón: pura inspiración para hablar del momento presente.

Crisálida. Autor Aitor Saraiba

Crisálida. Autor Aitor Saraiba

Las crisálidas son símbolo de metamorfosis. Ese momento en el ciclo vital de algunos insectos en el que todo parece muy quieto y recogido, pero al mismo tiempo están ocurriendo en su interior miles de procesos. La larva entra en estado de pupa y comienza a liberar enzimas que disuelven parte de su propia estructura. Y esos pedazos se reutilizan para desarrollar la estructura del insecto adulto; en el caso de la crisálida, una mariposa.

Ocurre entonces una crisis en la vida del animal. Una transformación que siempre es dolorosa. Y cuando algo se rompe ya no es posible volver a la misma forma, hay que crear algo nuevo.

Volver al origen para entender el ahora

La palabra crisis designa, según el diccionario de la RAE, el cambio profundo y de consecuencias importantes en un proceso o una situación. Crisis y cambio… ¿Cuál es el significado de cambiar? La RAE lo describe como dejar una cosa o situación para tomar otra.

Nos damos cuenta de que todo eso es vivir, el cambio es inherente a la vida[1]: lo único realmente constante es el cambio. Estar vivos consiste en tomar decisiones contínuamente, lo que pasa es que a menudo no nos damos cuenta.

La dificultad de un momento como el actual radica en la magnitud y la brusquedad del cambio. La crisis como golpe brusco que te rompe. Esa brusquedad pone en jaque nuestra capacidad de adaptarnos. Pero también esta crisis tiene otra característica crucial: ha parado al planeta. Esta vez me he dado permiso para parar porque el mundo entero ha parado conmigo.

Mirarme como individuo

Decía una amiga que estos días el tiempo es raro… plástico: a veces pasa rápido y otras pasa muy lento. Es como mirar al tiempo con una lente de 1000 aumentos. Y mirando a través de esa lente podemos ver a cada persona con sus vivencias particulares en esta crisis común, que es común pero a nadie afecta por igual.

Cada individuo vive su miedo e incertidumbre únicos. Aunque esta crisis sea global y parezca que todos estamos en lo mismo, a cada uno nos quiebra en lo propio, según mi narrativa y mis circunstancias.

¿Cómo nos golpean la enfermedad y la muerte? ¿En qué parte de nuestros conflictos nucleares o dificultades personales nos toca a cada uno? Y, ¿en qué circunstancias socioeconómicas nos toca vivirlo? En definitiva, ¿qué miedos despierta en nosotros? Porque lo primero que va a surgir en nosotros es el miedo: a la muerte (propia o de nuestros seres queridos), a la enfermedad, al resultado económico, a la inactividad, a la soledad, al conflicto dentro del confinamiento…

El miedo es una emoción desagradable, desearíamos a veces que no existiera, pero es importantísima ya que nos da la oportunidad de sobrevivir, nos cuida. Puede provocar en nosotros la huida o el ataque y a veces puede llegar a paralizarnos y resultar muy caótico, pero hay que mirarlo a los ojos porque es el que nos salva.

Kike Martín Marín tuvo a los 17 años un terrible accidente de moto y unos 6 años después hicieron un emocionante documental [2] en el que cuentan su historia de superación. En esta película hay una conversación entre el protagonista y Enhamed Enhamed (medallista en natación paralímpica) en la que hablan del miedo y dicen que sólo podemos ser valientes cuando tenemos miedo, lo otro es ser temerario.

Con la incertidumbre convivimos a diario pero intentamos controlarla anticipándonos, como haciendo una especie de juego estadístico. Ocurre que hay veces (como ahora) en las que nos resulta más difícil poder mantener esa sensación de control y la incertidumbre se hace más evidente. Esa falta de conocimiento seguro sobre algo a veces nos paraliza. Intentamos adivinar con nuestra bola de cristal el camino, para saber por dónde debemos ir, pero en la bola de cristal no se ve nada… ¿Qué podemos hacer entonces…? ¡Rompamos nuestras bolas de cristal y exploremos! Bailemos con la incertidumbre [3]

Parar y respirar

Pero como decíamos antes, es esencial que busquemos el tiempo para parar y mirar con atención, al miedo y a todas nuestras emociones y sensaciones. El tiempo que a cada uno nos lleve. Porque son ellas las que nos guían por el camino. De esto habla muy bonito, en una conferencia[4] reciente, Albert Espinosa, escritor y guionista que estuvo enfermo desde los 14 a los 24 años con un osteosarcoma:

“Mi padre hospitalario hablaba de una cosa muy bella, cuando yo tenía 14 años, a mí y a otros dos chavales que nos faltaba la pierna, el pulmón… Siempre nos decía que cuando saliéramos del hospital, cada año teníamos que parar el mundo una vez. Él llamaba “parar el mundo”, “intermezzo”, a salir del mundo para mejorarte y para mejorarlo. Y decía que cuando volvieses, el universo te premiaba, porque los que movían el mundo eran los que lo paraban”.

Pues al intermezzo nos referimos, como reflexión e introspección, a darnos permiso, tiempo y espacio para parar y transitar por emociones y estados.

Volvamos entonces a las emociones y a la reflexión. Volvamos a la tristeza.

La tristeza [5] tiene como meta algo muy difícil pero muy importante también: poder aceptar las pérdidas. Para conseguirlo nos lleva a reposar, para poder reflexionar sobre lo que me ha pasado y llorar por lo perdido.

Albert Espinosa dice: “Vivir es aprender a perder lo que ganaste”.

La vida es cambio, como decíamos antes, y aceptar el legítimo dolor por lo que perdiste.

Permitir el cambio

Se trata de ir adaptándonos. Cuando algo se rompe ya no es posible volver a la misma forma, hay que crear algo nuevo. Puede que esta última sea una frase repetida en este texto, pero es que a veces hay que volver sobre lo mismo con otra mirada para encontrar el camino.

En el documental del que hablábamos antes (Vaduz), Kike nos cuenta cómo logró salir adelante. Tras el accidente quedó en coma inducido durante 29 días, más cerca de la muerte que de la vida. Un día, Kike escuchó al médico hablar de que le iban a desconectar y entonces reaccionó. Mientras veían un programa por la tele en el hospital, el presentador hizo una pregunta: ¿Cuál es la capital de Lienchestein? Cuando dieron la opción de Vaduz, Kike, aún en coma y ante la mirada atónita de su padrino, asintió.

Asumiendo el miedo, a veces, lo que hay que hacer es atreverse. Para cada uno será algo particular lo que nos impulse a salir, a continuar, a subir la escalera, a renacer… Como dice Kike: Hay mucha gente que necesita encontrar una palabra que le despierte. En mi caso la palabra Vaduz me sacó de aquel pozo tan oscuro en el que estaba. Cada uno tenemos nuestro Vaduz.

Nos puede impulsar la rabia. Como dice Aitor Saraiba: una llama que me guíe, no que me queme. La ira como motor, como combustible, que me invita a luchar, a atreverme. Hay que actuar a partir de la rabia. Lo que no hay que hacer es dejar que la rabia actúe a través de nosotros. La rabia señala la dirección. Se trata de usarla como combustible para emprender acciones que debemos llevar a cabo y trasladarnos a donde ella nos dirige. (…) La rabia no es la acción en sí misma. Es una invitación a la acción [6].

Podemos contar con el sentido del humor como fortaleza. Dice Kike: Yo a mi hijo le voy a decir que tuve un accidente por un motivo, que quise hacer vuelo sin motor pero el aterrizaje fue bastante forzoso. Entonces perdí la vista… o la gané, ¿quién sabe?

Mirarme como comunidad

Nos podemos apoyar en la comunidad, en las personas, en el cuidado y en el amor[7].

En el amor propio, el orgullo. Como dice Kike: El vegetal empezó a andar, el vegetal estudió. ¡Toma, toma y toma!

En el amor compartido. Y aquí volvemos de lo individual a lo colectivo. Siempre hemos estado yendo y viniendo en realidad, en la medida de cada uno. Y ocurre a veces que cuando ves que otro puede, ves que se puede. Poder compartir, poder conectar y encontrar en los otros y para los otros, sentirte apoyado y poder ayudar, nos impulsa para continuar el viaje.

En el amor por descubrir, la curiosidad y la creatividad que nos mueven a hacernos preguntas, a explorar y a probar. Porque para bailar con la incertidumbre y el miedo, la cosa va más de hacer muchas preguntas que de conocer las respuestas. Darle cuerda a la imaginación que dice Albert Espinosa.

El arte de reparar lo dañado

Kintsugi

                        Kintsugi

Hay una técnica de origen japonés, que se llama Kintsugi, para reparar piezas de cerámica que se han roto con barniz de resina mezclado con polvo de oro.

Esta filosofía plantea que las fracturas y reparaciones forman parte de la historia de un objeto y que deben mostrarse en lugar de ocultarse; deben incorporarse y además hacerlo para embellecer el objeto y hacerlo más valioso, poniendo de manifiesto su transformación e historia.

Dice también Albert Espinosa, en la conferencia que citamos antes, que las pérdidas son ganancias. Yo no perdí una pierna, gané un muñón. No perdí un pulmón sino que aprendí que con la mitad de lo que tenemos en esta vida, podemos vivir. Y como el hígado me lo quitaron con forma de estrella, decía que llevaba un shérif dentro; así que yo pensaba que era La Ley”.

Bailar con la incertidumbre

Y así ir aprendiendo, adaptándonos, creciendo, renaciendo y viviendo, con nuestras cicatrices y nuestras pérdidas o nuestras ganancias…

En psicología se acuñó un término para describir esta cualidad de aprender de los problemas y sufrimientos, crecer y desarrollarse aún más como persona: la resiliencia.

Supone una aceptación realista de los hechos y también una comprensión de las posibilidades de cambio con esperanza. Y esto no es algo que se es o no se es, sino una capacidad que todos podemos desarrollar.

En la física y la química, la resiliencia designa la capacidad de la materia para recuperar su forma a pesar de los golpes que pueda recibir y de los esfuerzos que puedan hacerse para deformarla.

Acabemos entonces preguntándonos… ( porque el proceso va más de hacernos preguntas que de conocer las respuestas):
En esta situación de crisis que vivimos, ¿qué has descubierto sobre ti mismo? ¿Qué recursos personales con los que contabas te están siendo útiles y cuáles no?
¿Qué estás aprendiendo de cara a las futuras crisis en las que la vida te va a seguir colocando?
¿Qué saldrá de la crisálida como individuo, como comunidad, como especie??[8]

 

[1] Canción de Mercedes Sosa,  ‘Todo cambia’.

[2] Documental ‘Vaduz‘.

[3]  Este es un concepto de la oradora Tanja Schindler, en su conferencia y artículo ‘¡Aprendiendo a bailar con la incertidumbre usando el pensamiento futuro!.

[4] Conferencia de Albert Espinosa ‘Vivir es aprender a perder lo que ganaste‘.

[5] Cita del libro ‘Manual de psicoterapia breve con niños y adolescentes’ (2019) de Begoña Aznárez (psicóloga y psicoterapeuta).

[6] Cita de ‘El camino del artista’ (10ª edición, noviembre de 2016) de Julia Cameron.

[7] Concepto de amor tomado del libro ‘Manual de psicoterapia breve con niños y adolescentes’ (2019) de Begoña Aznárez (psicóloga y psicoterapeuta).

[8] Te invitamos a disfrutar del poema ‘Esperanza‘ de Alexis Valdés, leído por varias voces.

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Equipo multidisciplinar dedicado al tratamiento de la salud mental mediante la Medicina Psicosomática, la Psicoterapia y otras actividades complementarias como el Mindfulness y el Teatro

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